Construido para José María Vera y Tomás Ametller, dos de los promotores junto a Jacinto Martínez Martí de la construcción del cementerio, está ubicado, como el de Zarauz Gómez de Salazar en el lado opuesto, aprovechando el desnivel de la explanada de la capilla. La entrada al panteón, del modelo de cripta subterránea, se realiza a través de un arco de medio punto, situándose en el trasdós el nombre de los propietarios, así como antorchas invertidas, símbolo de purificación, en las jambas. La puerta, de hierro fundido presenta una decoración similar. La cripta presenta un acceso con escalera de dos tiros (MORENO ATANCE, 2005).
En el interior del panteón, a ambos lados de la cripta, existen conjuntos escultóricos realizados a modo de retablos marmóreos de aire clasicista con decoraciones florales, jarrones flameantes, ánforas y, sobre todo, cuatro bustos, en altorrelieve, de los difuntos sepultados en el interior del panteón. Las fechas de inhumación de estos personajes se sitúan entre 1869 y 1894, fechas en torno a las cuales debió realizarse la obra (ORTIZ MARTÍNEZ, 2018).