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Panteón Rolandi

(1870)
Carlos Mancha y Francisco Requena

Panteón con cripta inferior y acceso a la misma mediante capilla octogonal en la planta baja.
La zona destinada a inhumaciones (cripta) bajo rasante está dividida en cuatro estancias simétricas a las cuales se accede de manera in­dividual mediante una escalera de dos tramos que parte de la planta de acceso al panteón.
Cada uno de estos cuatro espacios distribu­ye las inhumaciones en nichos en altura, 3 filas por 3 columnas, lo que da un total de 9 ni­chos por espacio inferior, es decir, 36 nichos en todo el panteón.

Ejecutado en estilo neogótico con planta octogonal con vértices remarcados por pi­lastras adosadas a modo de contrafuertes y pináculos. Presenta una cubierta en forma de cúpula recubierta con tejas de cinc escama­das que denotan cierta influencia bizantina.

En todos los laterales se encuentran ins­critos arcos apuntados, la puerta de acceso también es apuntada y está flanqueada por dos ventanas geminadas con óculos.
Las gárgolas en los contrafuertes represen­tan animales fantásticos de paralelos medie­vales. Abundante ornamentación simbólica en relieve con referencias a la muerte, la fu­gacidad de la vida y elementos pasionarios (ORTIZ MARTÍNEZ, 2018).

Pérez Rojas lo fechó hacia 1870 y atribuyó su construcción a Carlos Mancha, quien usó con carácter funerario la planta octogonal, la misma que empleó en el primer proyecto, no ejecutado, para el Cementerio de Nuestra Señora de los Remedios (PEREZ ROJAS, 1986; MUÑOZ MORA y ROS MACDONNELL, 2014 y MUÑOZ MORA y NAVARRO MORENO, 2015), siguiendo así el ejemplo de capillas se­pulcrales góticas como, según Moreno Atance, la del Condestable de la Catedral de Burgos, la de don Álvaro de Luna en la de Toledo o la de los Vélez en la de Murcia. La construcción está realizada en piedra y ladrillo, usando el primer material en la estructura y la bóveda y el segundo en las paredes, siendo en este caso de color rojo para obtener un destacado contraste cromático con el blanco de la pie­dra. Presenta un zócalo de piedra sobre el que se levantan los pilares que sostienen los arcos apuntados que dan lugar a la bóveda nervada.

En los muros se disponen ventanas gemelas apuntadas que sirven para iluminar el interior de este panteón, que es de los de cripta subterránea. La portada se solucionó con un arco de entrada inscrito en un gablete. Sobre el dintel de la puerta que también remite al mundo medieval en sus hojas de madera, se halla inciso el nombre de la familia propietaria.

La decoración escultórica, que sería reali­zada por Francisco Requena, se ubica en las caladas agujas que coronan los contrafuertes, así como en las gárgolas situadas en ellos y que representan un animal fantástico de inspiración medieval. Entre los motivos de­corativos funerarios encontramos relojes de arena, abejas, murciélagos, coronas, ánforas y atributos de la pasión de Cristo (ORTIZ MAR­TÍNEZ, 1998).