Concebido con cierto aire de monumento conmemorativo urbano, la construcción se alza en el centro de la parcela y en torno suyo se disponen los enterramientos. Debió ser construido en torno a 1872, fecha de enterramiento de su propietario, José Martínez de la Peña. En el centro del conjunto existe un pedestal pétreo moldurado coronado con una estatua que representa un ángel adolescente, de rizados cabellos, vestido con túnica de multitud de pliegues. El brazo derecho alzado hacia el cielo y el izquierdo flexionado portando una rama de olivo. Los laterales del pedestal están recorridos por finas pilastras verticales que enmarcan simbólicas figuras femeninas.