Monumento a los caídos por Dios y por España
Construido en 1939 en una amplia parcela en la propia ladera del monte, su valor, al igual que sucede con el de los caídos en el otro bando, el de la República, es más histórico que artístico ya que la única decoración reseñable consiste, al fondo del conjunto, en un altar de mármoles blancos y negros insertado en un gran arco de medio punto en cuyo trasdós se encuentra la inscripción que da nombre al monumento (ORTIZ MARTÍNEZ, 2018).