Panteón situado al final del eje-bulevard del camposanto. La cripta inferior forma parte integrada en el espacio superior y un espacio a doble altura define el interior del panteón.
El acceso al mismo se resuelve elevándolo de la cota de la rasante exterior para así poder ganar alturas de nichos.
El panteón se erige en estilo neoegipcio.
Este arte, tan acorde a la mentalidad ‘revival’ que presidió el gusto y la estética de finales del siglo XIX, tuvo una gran difusión a través de las revistas ilustradas donde se publicaban fotografías de los abundantes pabellones construidos en este estilo para las distintas exposiciones universales que se celebraron en aquellos años. Estas construcciones, junto a otras de tipo indio, chino o japonés, pretendían ser una muestra de exotismo, al tiempo que un reclamo para atraer más público. En el ámbito de la arquitectura funeraria neoegipcia, los antecedentes habría que buscarlos en algunos mausoleos erigidos en el Cementerio de Montjuich en Barcelona, tales como el de la Familia Batlló (José Vilaseca, 1885) o el de la Familia de Pilar Soler (Leandro Albareda). En el entorno de Cartagena el primer ejemplo lo podemos encontrar en el Panteón de Diego Trigueros en el cementerio de Cieza, fechable en 1901 (MORENO ATANCE, 2005).
La edificación tiene un pórtico tetrástilo donde las columnas laterales son palmiformes y las dos centrales presentan en sus capiteles una representación de la diosa Hathor. El conjunto se remata con la característica gola egipcia, encontrándose inserta en ella una cruz alada. La fachada principal se encuentra decorada con motivos egiptizantes. El emplazamiento elegido para el panteón, convertido en “un majestuoso telón de fondo” para la vía principal del cementerio (MORENO ATANCE, 2005) ha sido desvirtuado en los últimos años al haberse construido una serie de tumbas modernas en el espacio que daba acceso a la obra, de la que también destacan, en su interior, los sarcófagos de inspiración medieval (ORTIZ MARTÍNEZ, 2018).