Este panteón es, junto a los de Aguirre y Celestino Martínez, uno de los tres ejemplos de arquitectura funeraria neoegipcia del Cementerio de Nuestra Señora de los Remedios. En este caso ocupa un espacio mucho mayor que los otros reseñados, lo que permite la existencia de un amplio jardín ante la construcción.
Sigue la estructura de pronaos, con capiteles papiriformes, del de Celestino Martínez, del que también toma la cruz sobre disco solar con alas extendidas que corona el remate, pero su estética pertenece al denominado Art Decó y se aleja por lo tanto del historicismo arqueológico que caracteriza a los otros dos panteones de este estilo (MORENO ATANCE, 2005). Entre la escasa decoración escultórica destacan las abejas en bajorrelieve, alusivas a la laboriosidad de la familia propietaria, un motivo que aparece en varias construcciones modernistas de la ciudad. Se ha atribuido al arquitecto Víctor Beltrí (CEARRA BELTRÍ y MORALES MARTÍNEZ, 2005), aunque no existe constancia documental y quizás podría pensarse en algún otro artífice más cercano a la estética decó, caso de Lorenzo Ros. De hecho, éste en el Panteón de Casimiro Muñoz tomó elementos del Panteón Aguirre de Beltrí para la fachada y del de Celestino Martínez del mismo arquitecto para las lápidas con inscripciones del interior, por lo que también pudo tomar éste último como fuente de inspiración para la obra destinada a la familia Hinojal, caso de corresponder a su producción (ORTIZ MARTÍNEZ, 2018).